




Línea telefónica: 00 44 845 838 4699
Es imposible decir con exactitud el número exacto de niños que desaparecen, pero basta con decir que son cientos de miles. Este número incluye a niños que han huido de su hogar, niños secuestrados por sus propios padres o familiares, así como niños que como en el caso de Madeleine, han sido secuestrados por extraños. La razón por la que se desconoce el número exacto, es que hasta hoy, no existe un método standard (al menos en el Reino Unido y muchos países de la Unión Europea), para recopilar detalles e información sobre estos casos. Sin esto, es imposible implementar estrategias para afrontar el problema - encontrar a estos niños y devolverlos a sus hogares junto a su familia lo antes posible. PACT (Asociación Benéfica de Padres y Niños secuestrados Unidos), es una de las organizaciones existentes en el Reino Unido que está luchando para introducir tales sistemas en la ley. Sin duda alguna, nuestros hijos se merecen esto.
El secuestro de Madeleine en sí presenta condiciones poco comunes, ya que ocurrió en un país Europeo, en el que no éramos residentes. Esto añade más problemas, como el problema de la comunicación en una lengua extranjera. Dado que hoy en día las familias cada vez viajan más, especialmente por la ”Europa sin fronteras“, creemos que es imprescindible tener una respuesta conjunta por parte de los países europeos, a este problema. Me parece que esta es una petición razonable hacia los países de la Unión Europea.
Es justo decir que en los Estados Unidos, nos llevan por lo menos 20 años de adelanto en lo que se refiere a como responder al problema de niños desaparecidos y secuestrados. NCMEC (Centro Nacional para niños desaparecidos o explotados) fue fundado en 1984 by John y Reve Walsh, tras haber sido víctimas de la respuesta poco efectiva por parte de la policía cuando su hijo Adam fue secuestrado, y posteriormente hallado sin vida en Florida en 1981. NCMEC no solo ofrece ahora recursos para agentes legales, ayudando en la investigación de casos de niños desaparecidos o explotados, sino que también ofrece formación y educación sobre este tema. Estos recursos, junto con la llamada ”Alarma Ambar“, que funciona en los Estados Unidos (un esfuerzo mutuo entre las fuerzas de seguridad de todos los Estados, y la prensa para difundir fotografías e información tan pronto como un niño desaparece) ha llevado al rescate de muchos niños. No es preciso mencionar que los americanos tienen gran experiencia es este tema, y tienen mucho que enseñarnos si queremos hacer de Europa un lugar seguro para nuestros hijos. En los últimos años, se han introducido en algunos países de Europa como Bélgica, Francia, Reino Unido y Grecia, sistemas de alerta similares, pero todavía queda mucho por hacer.
Gerry y yo hemos sido criticados en muchas ocasiones por hacer tan pública la desaparición de Madeleine. Hicimos lo que creímos estuvo oportuno en su momento. ¡No es que fuéramos expertos en estas odiseas! Gracias a Dios, NCMEC nos ha asegurado que esto es lo que se debe hacer. La gente nos pregunta, (normalmente en tono crítico) “¿Por qué Madeleine recibe tanta atención por parte de los medios de comunicación, cuando hay otros miles de niños desaparecidos en el mundo?” Mis sentimientos son que la publicidad divulgada tras el secuestro de Madeleine fue la apropiada. Todos y cada uno de los niños desaparecidos deberían obtener la misma atención, pero no debiera estar en manos de la familia iniciar estas campañas. La imagen pública de Madeleine, ha servido, al menos para hacer relucir el gran número de casos similares que ocurren cada día, y la gravedad del problema, y de esto, podemos al menos estar satisfechos.
Todos los niños de mundo, son susceptibles a ser explotados, incluyendo explotación sexual, siendo éste el motivo, en muchos casos de secuestros por extraños, cuando no existe, ningún otro motivo aparente. Los casos de pornografía infantil, son muchos y espeluznantes. Es una industria multimillonaria, en la que el uso de Internet está ayudando a hacer más fácil la selección de víctimas, que cada vez son más jóvenes. Una vez más, la burbuja en la que yo vivía explotó cuando comencé a descubrir los hechos reales de esta “epidemia global”. Mientras viajamos por Europa, haciendo público el secuestro de Madeleine, y buscar ayuda para recuperarla, eran constantes las muestras de la existencia de estas mafias, y de la gravedad de este problema en nuestro mundo. ¿Cómo podemos tolerar la existencia de estas mafias en nuestra sociedad? ¿Qué beneficios puede haber para nuestros hijos viviendo en una Europa donde en algunos países miembros de la Unión Europea la pornografía infantil es un pasatiempo LEGAL? Los miembros más susceptibles de nuestra sociedad son nuestros niños, y se merecen más, mucho más. La no existencia de registros para pedeofilos y la falta de controles de seguridad para gente trabajando con menores, son muy preocupantes en algunos países de Europa. A mí, personalmente, se me han abierto los ojos en el mundo en el que vivimos, y el panorama es muy preocupante.
Como madre de una niña secuestrada, puedo deciros, que es lo peor que te puede pasar en la vida, siento un dolor agonizante, no es fácil de imaginar. Cuando pienso en el miedo, la confusión, la falta de amor que debe sentir Madeleine se me ponen los pelos de punta. Pero hay que recordar que yo no soy la víctima, Madeleine lo es. Ningún niño se merece pasar por esta experiencia tan terrible, JAMAS.